Jerez, al contrario de lo que muchos piensan, no es una ciudad que se enorgullezca de su patrimonio colonial. No es una ciudad colonial. ¿y por qué aseguro esto? Porque solo hay un edificio de arquitectura religiosa que procede de los tiempos de la colonia, y es precisamente la Parroquia de la Inmaculada, reconstruída en varias ocasiones. El Santuario fue terminado de edificar allá por 1890, su estilo es neoclásico, entonces tampoco pertenece al período colonial. Sí hay algunos muros de dos o tres casonas céntricas que podrían pertenecer a los primeros años de vida de la Villa de Xerez, pero de ahí en más, nada.
Para 1800, la villa de Xerez de la Frontera no era lo que creemos, solo un caserío informe, casas de adobe, chozas y ranchitos o puestos. Ni siquiera por la calle del Espejo donde vivían los descendientes de los fundadores los edificios presentaban características que los hicieran duraderos.
Fue hasta el siglo XIX en que se construyeron formalmente los edificios que hoy caracterizan a nuestra ciudad. Mismos edificios que sufrieron el abandono, el saqueo, la destrucción, siendo reconstruídos parcialmente en la década de los treinta del siglo XX.
Bastante ha cambiado el nombre de las calles de Jerez desde el siglo XIX hasta la actualidad. Desde principios del 1800, cuando se determinó por mandato el urbanizar la Villa de Xerez, algunos barrios y calles comenzaron a ser conocidos, como el ya legendario Barrio de San Miguel en la parte poniente de la villa, el barrio de “los de Guanajuato” (toda la salida norte), el rancho de San Pedro, el barrio del rescoldillo, llamado así, porque ahí vivía “el rescoldo” de la sociedad, gente pobre que no tenía ni para comprar ropa. Hay nombres que no nos imaginamos siquiera a qué calle actual corresponden.
A fines del siglo XIX, encontramos que en Jerez existían calles cuyo nombre se ha ido perdiendo, y pocos saben cuales son en la actualidad, como el “Callejón de la Cerbatana”, la Calle del Vínculo, el Callejón del Nardo, Calle de los Pajaritos, Plazuela de la Loza, calle de la Purísima, Calle de los Gallos, Callejón del Alamo, Callejón de la Palma, Callejón de las Campanas, Calle del Toro, Callejón de Nuestra Señora de Guadalupe, Molinos de San José, Callejón de Diana, Calle de las Higueras, etc.
En 1908, en la memoria administrativa del gobernador de Zacatecas, Eduardo G. Pankhurst aparece un plano de Jerez, con la nomenclatura de calles, casi como las conocemos.
Luego, hubo un cambio de nombres, cuando Narciso Balsós era Ministro de Educación y por disposición suya en toda la república se debían cambiar los nombres de poblados y calles que se refirieran a Santos, por héroes mexicanos.
De Oriente a poniente quedaron así:
Nicolás Bravo, Degollado, Oriente, 16 de Septiembre, Colón, Morelos, Pino Suárez, Constitución, Alvaro Obregón, Mina, Esmeralda, Culebrilla, Guerrero y Alameda sur.
También 18 de Julio, Guadalupe Victoria, Independencia, 5 de Mayo, Moctezuma, Dolores, Placer, Rayón, López Velarde, Luis Moya, Bizarra Capital, Hidalgo y Rosales.
De Norte a sur:
Tres Cruces, Reforma, Emilio Carranza, Callejón del Gusto, Flores, De las Artes y Fortuna.
Además González Ortega, Gómez Farías, García Salinas, Suave Patria, Callejón Allende, Libertad y Reposo.
Esa nomenclatura aún se recuerda, pues se tuvo especial cuidado en colocar placas de antimonio en casi todas las esquinas de las manzanas, además de dotar con números del mismo metal a todas las casas habitación.
Fue cuando don Jesús Sánchez García tomó posesión como presidente del municipio por segunda vez, cuando se dispuso que algunas de las calles y rancherías tomaran su nombre anterior, como las siguientes calles:
Pino Suárez Del Refugio
Constitución San Francisco
Alvaro Obregón De Guanajuato
Luis Moya Del Espejo
Suave Patria San Luis
Emilio Carranza Del Hospicio, etc.
También se colocaron placas de cantera en algunas esquinas, con la referencia sin sustento histórico alguno del año en que se comenzó a llamar así a la calle.
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