La verdad ya me tienen harto los que presumen
ser poseedores de la verdad absoluta en cuanto a historia local se refiere. Ese
par de güeyes (porque nomás una yunta ajusto) nomás opinan para que digan que
todavía resuellan. Más bien, están como los burros viejos que rebuznan y
rebuznan pa’ que no les dé un llegue algún manadero.
Hace pocos días, Bernardo del Hoyo me envió una
fotografía que encontró de pura casualidad en los archivos de la Fototeca del
INAH. Una fotografía vieja y borrosa que aparentemente no decía nada. Al
observarla con atención, nos pudimos dar cuenta que era una foto ¡de un Jerez
completamente desconocido! ¡Del Jerez de 1870!
Para un historiador, ese hallazgo es muy
importante y emocionante, pues permite recrear fielmente la historia. La foto
la presenté en redes sociales, y para pronto un par de homofóbicos sujetos
soltaron sus críticas venenosas y negativas, dudando hasta que la gráfica fuera
de Jerez. Les tengo paciencia a esos pobres e indefensos animalitos del Señor,
pero la paciencia también se acaba y me puedo enojar y decirles en su cara
cosas feas de sus burriles antecesoras.
Bueno, la fotografía que me envió Bernardo, nos
presenta un Jerez completamente desconocido. Deduzco que el fotógrafo subió a
la azotea de la casa de la esquina de la calle de Guanajuato y plaza de armas,
montó su tripié y sobre él su costosa cámara de cajón. Tomó una placa de norte
a sur, en la que se aprecia el santuario con una sola torre. Y luego giró un
poco su tripié y cámara, unos veinte grados al sureste y tomó lo que era la
plaza de armas, al fondo la finca de los Escobedo y de los Berumen, todos con
sus portales de medio punto. Y más al fondo se aprecia la torre de la parroquia,
el remate de su frontis y la cúpula.
Ya nos comunicamos con la fototeca del INAH a
ver si tienen esa gráfica con mejor resolución, para estudiarla con cuidado y poder
ofrecer más detalles sobre la misma. Pegué tal foto con la que ya conocemos del
santuario con una torre, y me atrevo a asegurar que son compañeras, que las dos
fueron tomadas por el mismo fotógrafo, a la misma hora y el mismo día.
Por lo pronto, podemos observar lo siguiente:
1. No existía el jardín. En 1887 el jefe
político Rafael Páez comenzó a realizar las obras preparatorias para sembrar un
jardín en la plaza. A pesar de los obstáculos, a fines de ese año ya estaba
terminado un acueducto de “cal y canto” que desde la calle de las Higueras
(Mina) y por el ala sur de la calle del Álamo (Hospicio ó Emilio Carranza)
llevara el agua para regar el jardín. De igual manera se estaban construyendo
faroles para el alumbrado y sofás de hierro y madera. Las dificultades seguían,
llegando a tal grado el enojo, que un día Rafael Brilanti mató el caballo del
jefe político por disputas sobre el jardín. (Los Brilanti tenían su residencia
en el lado oriente de la plaza, por lo que el jardín les afectaba la
visibilidad). En los primeros meses de 1888 se emprendieron las obras con tal
ímpetu, que Rafael Páez dice: “…en el centro se está construyendo un kiosco,
desde marzo se le formó un octágono de 48 columnas de piedra de cantería que
formó el zócalo del referido kiosco, en ese mismo mes comenzó a levantarse el
pabellón de madera, fierro y zinc”.
2. El santuario tenía solo la torre del lado
sur. La del lado norte fue construida por iniciativa del dinámico presbítero
Andrés Vicente López y se terminó en 1885. Al lado norte se pueden apreciar
solo los arcos para las campanas del reloj.
3. El edificio de la jefatura política tiene en
la parte superior de cada puerta “mirillas u ojos de buey” que servían para la
ventilación. Esas mirillas fueron tapiadas cuando se reconstruyó por primera
vez, en 1928.
4. El portal de los Escobedo (extremo
izquierda) se reconstruyó a principios del siglo XX, y se inaugur{o como lo
conocemos, el 13 de abril de 1910, imponiéndosele el nombre de “Portal
Humboldt”, por iniciativa del franco-alemán Andrés Buhr, quien era el soporte
de las variadas industrias de los Escobedo. El franco-alemán se quedó en Jerez y se casó con
Aurelia Robles Maldonado. Al menos hay datos de tres de sus hijas: Rosa María,
Ma. Aurelia y Aurora. Falleció el 22 de junio de 1912 a la edad de 59 años. De
su familia poco se sabe luego de la revolución. Tal vez emigraron a otras
tierras, como muchas otras gentes que salieron de Jerez solo con lo que traían
puesto. En 1914, el gobierno del municipio le embarga la casa que fue de su propiedad,
en la primera cuadra de la calle de la Parroquia, por falta de pago de contribuciones.
5. Las bancas de la plaza eran de cantera.
Cuando se construyó el jardín, las acomodaron en la plazuela del mercado
(plazuela Reforma). Todavía existen pedazos de ellas en el callejón del lado
poniente (atrás de la escuela).
6. Se puede apreciar en lo que es la plaza,
algunos “quitasoles” o sombras de vendedores de jarros y ollas principalmente.
7. En ambas fotos se aprecian los faroles del
alumbrado, montados sobre columnas de cantera.
En fin, bastanntes son los detalles que
encontramos en esas fotografías, que nos ofrecen una imagen del Jerez en que
vivieron nuestros abuelos o bisabuelos, allá por 1877.
Hasta el momento, sé de la existencia de más de
10 fotos que tienen qué ver con Jerez, anteriores a 1890 y son:
1. La presente foto de la plaza de armas.
2. La fotografía estereoscópica del Santuario
con una torre.
3. Otra fotografía estereoscópica del exterior
del Teatro Hinojosa.
4. Otra más, donde se puede ver el lado sur de
la parroquia y la calle de la Aurora.
5. Otra tomada desde el barrio del
“Rescoldillo”.
6. La de la fábrica de muebles “El Progreso”,
por la calle de la parroquia. Fotografía de Weimer.
7. La de la fábrica de carruajes de los
Sifuentes.
8. Otra de los Sifuentes simulando la
compra-venta de un carruaje.
9. La del interior del teatro Hinojosa,
posiblemente de Weimer.
10. La de la imagen de la virgen de la Soledad,
del italiano Santini.
11. La del exterior de la capilla del Diezmo,
etc.
Y, el grabado aparecido en el hebdomadario
francés “Le Monde Illustré” del 21 de mayo de 1864, que ilustra “Una compañía
del 1er. Batallón de cazadores a pie dispersa un cuerpo de guerrilleros en
Jerez (Estado de Zacatecas).” El pie del grabado reza: “Une compagnie du 1er.
Bataillon de chasseur á pied disperse un corps de partisans a Jerez (État de
Zacatecas)”.
Tengo en mi poder muchas otras fotos de Jerez
que poco a poco daré a conocer, para que les dé coraje a mis dos eternos y
furibundos detractores.
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