jueves, 23 de abril de 2009

EL HACENDADO PANFILO GARCIA

Con la primavera florecen los escritores, los historiadores, los poetas, y todos los que sienten deseos de hacer remembranzas y dejar plasmadas sus inquietudes, sus inspiraciones y sus descubrimientos. Así que en las revistas de la feria (que ya son tradicionales) encontrará florilegios, poesías muy bien rimadas, poemas a Jerez y a su gente. Bueno, en casi todas, menos en “Mi Tierra”, porque ahí solo ofrecemos leyendas y relatos de tipo histórico. Una que otra semblanza, fotos de jerezanos y jerezanas. Y ya. Acuérdense que los del Club de “Elogios Mutuos” (uno que de escritores jerezanos) no me pelan porque dicen que no soy escritor, y ellos sí aunque ellos hagan libros y libros de poemas copiados de Juan de Dios Peza y otros rimadores del siglo XIX. Al menos, creo tener más producción literaria que cualquiera de ellos, mis libros se venden muy bien (cuando hay) y no necesito esconderme en el anonimato para enviar calaveras perversas como ciertas gentes que presumen de ser cultas y escritoras de polendas.
Este año, la revista va a salir modesta, pues ni siquiera pudimos obtener un pequeño patrocinio de la administración municipal, misma que el año pasado le dio un dineral a un sujeto que le dicen La Taca por un par de planas a color en un folleto que ni siquiera circuló. Tal sujeto es el mismo que debe mucho dinero por un proyecto fallido de bandas (de bandidos sería) y cuya efigie aparece domingo a domingo en este semanario, pues NO PAGA.
Uno de mis lectores, me envió una leyenda, que dice “se parece muchísimo a la de la Marquesita de Altamira” que aparece en mi libro “Leyendas y Relatos de Jerez”, aunque es de otro entorno (de allá del estado de Hidalgo) y son diferentes las situaciones. Pues, ahí les va, para que la disfruten:
EL CRUEL HACENDADO PANFILO GARCIA
Hace muchos años en Tulancingo, Hgo., vivió Don Pánfilo García, un hacendado con mucho poder e inmensa fortuna, "se dice" que tenía pacto con el Demonio.
Él era dueño de 99 haciendas, después de varios intentos por obtener más, se dio cuenta que no le era posible, porque al querer adquirir una más, le pasaría algo a su persona, como cortarse, caerse, etcétera, eso lo orilló a comprarse un rancho, que está en el municipio de Singuilucan, Hgo., ésta nueva propiedad contaba con túneles, pasadizos y cuevas, que solo él conocía y siempre se refugiaba ahí, a tal grado que pasaban semanas sin que se supiera de él, la persona que entraba a buscarlo nunca se le volvía a ver, su propia hija no lo podía encontrar, porque, ni a ella le contaba sus secretos.
Cuentan que Don Pánfilo García era malo y cruel con sus trabajadores, no tenían derecho de faltar a sus labores, ni aún enfermos, porque una falta era motivo de que los echara a los puercos hambrientos que tenía y éstos devoraran a los peones, no escuchaba explicación alguna, y cuando su personal le pedían que les diera una ración más de comida, los encerraba en el cuarto de torturas y los castigaba hasta veinte o más días para que nunca más le volviesen a pedir algo.
Al confesarle su hija que estaba profundamente enamorada de un peón y de su intención de casarse con él, en un arrebato de ira, Don Pánfilo se enfureció tanto que la golpeo y la encerró durante muchos meses, al peón, lo mandó traer para torturarlo hasta destrozarlo y, aunque su hija le rogó que le diera santa sepultura, su padre no le hizo caso y él dio el cuerpo del enamorado de su hija en partes a los puercos para que fuera devorado, su hija al ver tanta crueldad que en su padre existía, se deprimió tanto, que la orilló a suicidarse.
Pánfilo no pudo con tan gran pena, ya que su hija era lo más que amaba en el mundo, poco tiempo después, enfermó, mandaba traer doctores de muchas partes, éstos al conocer su posible fin, preferían huir, pues si no lo curaban, los arrojaban a los ya famosos puercos, cada día que pasaba se enfermaba más y más, todo era de tristeza, hasta que murió dejando una enorme fortuna, de la cual ninguna persona podía tomar ni un centavo ya que los que se atrevieron murieron. Después de escuchar el repicar de las campanas por mucho tiempo, el pueblo al fin se pudo reunir para sepultarlo, y al momento de salir de la Iglesia cayó una tremenda tormenta, por lo cual se tuvo que esperar por varias horas para seguir el cortejo.
Cuando iban llegando al cementerio la caja empezó a rechinar con mucha fuerza, los asistentes al sepelio, aunque estaban muy asustados, no se retiraban hasta que lo terminasen de sepultar, y se han llevado tremenda sorpresa, pues cuando lo enterraban, era inmediatamente expulsado el féretro a la superficie, después de varios intentos de enterrarlo, sin tener éxito aún, acordaron entre todo el pueblo, que los peones que le fueron más fieles, lo llevaran a las montañas más lejanas que pudieran, cargando todo su oro, joyas y dinero y así, cargaron varios burros y a don Pánfilo García lo llevaron en una carreta, después de dejarlo en esos lares, los peones regresarían en los burros, ya que se pretendía enterrarlo con toda su fortuna, dicen, cuando iban en camino, los senderos se abrían y los burros empezaron a caer al vacío, y de la caja, se escuchaban lamentos y rechinidos muy fuertes que se podían escuchar a lo lejos, al llegar al lugar que habían acordado para sepultarlo los peones nunca pudieron abandonarlo para poder regresar y la gente que iba a buscarlos la atacaban y decidieron quedarse junto a su amo como "ermitaños", después que murieron ellos, quedaron plasmados en piedra y, con cara de horror de lo que seguramente vivieron, ven el paso del tiempo, la zona se encuentra al oriente de Tulancingo, a un lado del cerro El Yolo.
Dicen que parte de su fortuna está enterrada en el jardín de la hacienda Exquitlán, cuidada por seres malignos que aún moran en ella, la persona que pueda entrar cuando haya luna llena y a las doce de la noche deberá cavar exactamente donde esté la sombra de la cruz de la capilla antes de ser devorado por esos seres fantasmagóricos, será el dueño de la fortuna de Don Pánfilo García.
Cuentan que las imágenes de esa capilla están ofrendadas al demonio, pues lo adoraban, hasta los angelitos tienen en lugar de arpa un trinche y la Virgen está con las manos en el pecho adorando con la mirada hacia abajo.

5 comentarios:

sOlmaren Diaz dijo...

Muy buena historia la de exquitlan, yo vivo serca de hay pero me gustaria conocer acerca de mas leyandas! gracias...

Anónimo dijo...

les falto un dato que eran 4 los ermitaños y 3 se quedaron plasmados en piedra pero el otro llego al pueblo arrastrandose con los ojos de fuera y dijo que unos seres como demonios salieron de la tierra y en el transcurso de que iba cayendo destrozaron el ataud y devoraron a don panfilo garcia dicho esto el cuarto peon murio

chivigon dijo...

HOLA; YO TAMBIÉN SOY DE ESTOS LARES Y SÉ MUCHOS DETALLES DE LA LEYENDA Y DE LA CASONA DE LA HACIENDA Q EN VERDAD DA MIEDO HASTA DE DÍA Y QUIEN NO ME CREA,LE MANDO UN CORREO CON LA FOTO Y VERÁN Q ME QUEDO CORTO, SE CUENTA Q ESTE SUJETO DESPACHABA A TODOS SUS SIRVIENTES LOS DOMINGOS POR LA NOCHE Y ESPERABA A LA MEDIA NOCHE A UN JINETE VESTIDO DE CHARRO Q AL LLEGA AL UMBRAL DE LA CASONA SE METIAN A CENAR SOLOS CON SUS GATOS Y AL TERMINAR SALIA A DESPEDIRLO Y SE ALEJABA EN MEDIO DE LA OBSCURIDAD, TODOS LOS Q LOS VEIAN SABIAN Q AQUEL CHARRO VESTIDO DE NEGRO ERA EL MISMISIMO COMPADRE....Y COMO ESE RELATO HAY MUCHOS ACERCA DE ESE OBCURO PERSONAJE! SALUDOS!!! chivigoncito2004@hotmail.com

chivigon dijo...

OTRA LEYENDA DE MI TIERRA!!
Tulancingo Hidalgo : La mujer del Balcón

La mujer del Balcón;

En el siglo XIX, en una casa de Primero de Mayo, habitaba una joven de llamada María de los Ángeles; su habitación tenía un balcón que daba a la calle de primero de mayo tal como existe aun; ella tenía un novio, José Guadalupe, que era militar, el joven aunque muy bien parecido y de buenos sentimientos, no era del agrado de la familia de ella, quienes esperaban un mejor partido para su hija. María de los Ángeles era una joven muy bella y de muy buen corazón, a la que no le importaba la condición económica de la gente y contra todos los argumentos de sus padres, ella creía que su novio tendría un futuro mejor. Mediante cartas que su nana le entregaba, se desarrollo este amor, a escondidas de la familia de ella. Las cartas encendidas de amor que él escribía, todavía se encuentran en los baúles de la familia, como prueba del gran literato que hubiera podido ser él, en lugar de militar.

Un día de noviembre, el Superior de José Guadalupe, sabedor de los grandes esfuerzos que el joven hacia por sobresalir, le comunicó que lo trasladarían a la Ciudad de México, en donde subiría de grado. José Guadalupe aceptó de inmediato, pensando con alegría que con ese nuevo rango, iba a poder asegurarle un futuro estable a María de los Ángeles. Esa noche, su novia leyó un recado que la sobresaltó: José Guadalupe le pedía que abriera el balcón esa noche porque le urgía hablar con ella. A medianoche, cuidándose del Sereno, José Guadalupe trepó al balcón para hablar con María de los Ángeles. Ella se alegró al saber que lo iban a ascender y juntos hicieron mil planes sobre su boda y su futuro juntos. Él le prometió que volvería en cuanto tuviera algo que ofrecerle, ella juro a su vez que lo esperaría. Pasaron las horas y ellos no se cansaban de imaginar cómo sería su vida juntos, hasta que llegó el amanecer. José Guadalupe se retiro con discreción, no sin antes ponerse de acuerdo sobre su próximo encuentro, él le hablaría por su nombre desde la calle y ella abriría el balcón para ponerse de acuerdo sobre su boda. Antes de partir, José Guadalupe le pidió nuevamente a María de los Ángeles que le jurara que lo iba a esperar, a lo que ella respondió dramáticamente: Te juro que te voy a esperar siempre.

Al otro día José Guadalupe partió rumbo a la ciudad de México, en donde comenzó su nueva rutina de vida con mucha disciplina para poder regresar a pedir la mano de su novia. Tanto esfuerzo ponía en su trabajo y en el combate para lograr más ascensos que se ponía en la línea de fuego, con consecuencias funestas. José Guadalupe murió con un balazo en el pecho. Nadie le aviso a María de los Ángeles, pues nadie sabía que ella era su novia y la familia de él no era de Tulancingo. Y ella cada noche se quedaba acostada en su cama esperando el momento en que José Guadalupe regresara, alegrándose con cada ruido para luego desilusionarse cuando pasaban de largo. Comenzó a enfermar al pasar de los días y de los meses y no recibir noticias de él. No quería comer y menos dormir, pues temía no escucharlo. A los dos años exactamente de que José Guadalupe partió, María de los Ángeles murió sin querer salir de su habitación, ni levantarse de su cama.
Cuenta la leyenda que si un hombre se para debajo de ese balcón a la medianoche y susurra el nombre “María de los Ángeles” el fantasma de esta mujer enamorada abre el balcón y se asoma para ver si es José Guadalupe a quien juró esperar… siempre.
LEYENDA DE MI TULANCIGO HERMOSO;

Ndo’mi b’ospi dijo...

Cierta la leyenda, mi abuela era su sobrina y nacieron en un pueblito que se llama Malayerba en el Municipio de Apan, Hidalgo. Ella nos contaba que cuando regresó el cuarto peón venía como loco y vivió muchos años, pero le dió "el mal de San Vito" y murió entre la locura y los temblores terribles que no lo dejaban hacer nada. Por cierto, todas las decoraciones en Exquitlán son alegorías a Dioses Griegos como Dionisio, sin embargo la población lo relaciona con el demonio. Lo que es verdad es que es de un gusto excelente y hay dos elementos importantes, uno es el relieve con un pasaje de la cenicienta en la pared al fondo de la entrada, y otro es la capilla, que pareciera que no tienen concordancia con el resto de la casa de campo.