Ya en otras ocasiones he escrito sobre lo que era Jerez a inicios del siglo XX, en pleno auge del porfiriato, cuando se construyeron los principales edificios representativos de la arquitectura civil característica de nuestra ciudad.
Puedo asegurar que la “Atenas de Zacatecas”, como se le conocía entonces, era una pequeña población boyante, con una floreciente industria y un numeroso y bien surtido comercio, además se practicaba la agricultura y la cría de ganado también era buena fuente de ingresos. El período a que me refiero es aproximadamente de 1870 a 1913.
Basándome en el trabajo de mi amigo el Doctor en arquitectura, Carlos Lira Vásquez, así como en el libro de don Eugenio del Hoyo “Jerez el de López Velarde”, también en los numerosos apuntes de “O’regio Nuremberg” (mi papá, Gregorio Berumen) ofrezco estos apuntes:
EMPRESAS Y FABRICAS
Una gran empresa era la de Juan P. Escobedo Sucesores, que dirigía el Lic. Luis Escobedo, que no solo surtía a la región, sino que extendía sus actividades y proveía a negocios de Zacatecas y Aguascalientes. De esta misma familia (Escobedo Llamas) era la Cristalería “El Palacio de Cristal”, así como el negocio de telas que regenteaba Ignacio Escobedo en el portal Humboldt. Poseían una fábrica de cigarros llamada “La Nacional” y la Compañía Industrial de Fósforos. Al amparo del éxito de la cigarrera, se impulsó por un tiempo el cultivo del tabaco en la región.
Tenían una fábrica de muebles llamada “El Progreso”, ubicada en la calle de la Parroquia, dirigida con bastante acierto por el ebanista alsaciano Andrés M. Buhr Numen, quien se había avecindado en Jerez desde 1881, se casó con doña Aurelia Robles y falleció en la mañana del 21 de junio de 1912, en su casa de la calle de la Parroquia No. 1. Era hijo de Wilhelm Buhr y Sophie Numen.
Aquí cabe aclarar que este súbdito alemán fue quien sugirió que el portal de los Escobedo y Berumen se llamara “Humboldt”. Su iniciativa se debió a que en vísperas del centenario de la independencia el gobierno de la república envió un comunicado a todas las poblaciones para que pusieran el nombre de Alexander Humboldt a cualquier calle o plaza, en memoria del científico alemán. El portal tomó oficialmente ese nombre a partir del 13 de abril de 1910. Es completamente falso que Humbold haya venido a Jerez y se hospedara en la casa del portal, como algunos guías e historiadores pregonan.
Volviendo al tema, para la elaboración de los muebles de “El Progreso” se utilizaban maderas que se obtenían del aserradero “La Tinajita” por allá en Monte Escobedo.
Había también fábricas de rebozos, una próxima al callejón angosto junto al Oratorio del Diezmo y la otra en la calle de Rosales, cuyo propietario fue don Crispín Cornejo. Pudiera ser que la fábrica de rebozos que estaba por la calle Independencia fuera la que en 1830 estableció Francisco García Salinas, para lo cual trajo a maestros de Toluca. La fábrica quedó bajo la dirección de Ramón Guedea y Antonio Flores.
La familia Colmenero tenía una fábrica de velas por la calle García Salinas. Se dice también que tenían también una fábrica de jabón. Higinio Escobedo –entre sus muchas atividades- tenía una jabonera al lado poniente de la plaza de toros. Otra que fabricaba el mismo producto fue “El Boliche”, de los Sánchez Castellanos y que dirigía Francisco Llamas Carrillo.
En 1901, Zenón Llamas y Luis G. Guerrero firmaron un contrato de sociedad de carrocería, tenería, talabartería y zapatería. Llamas aportó tres mil pesos como capital y Guerrero el trabajo. Se ignora los resultados de esta sociedad.
En la ciudad había también varios molinos de harina. Los más importantes fueron los que pertenecían a don José Brilanti y al médico Jesús Villalobos. (En la caldera del molino de don José Brilanti perecería en 1915 el sacerdote J. Refugio Gallardo y su madre, a manos del criminal Daniel Vanegas). Estaba también el molino de don José Ramírez (cerca del panteón de Dolores) y el de don Salvador Félix por la calle de los Molinos de San José. Para aprovechar que había buenas cosechas de trigo, don Petronilo Márquez instaló una fábrica de fideos, pastas y tallarines en la esquina de las calles de la Fortuna y Santuario.
LOS PRINCIPALES COMERCIOS
Entre los más conocidos comercios que existían estaban “El Centro Mercantil”, tienda de ropa que manejaba don Julio Casas; en los bajos del Portal de los Escobedo y Berumen estaban los negocios de telas de don Alfredo Reveles, Ignacio Escobedo y Francisco Gloria. La zapatería “La Sorpresa” que se instaló en la recién abierta calle nueva (al lado norte de la Plaza Tacuba). “El Nuevo Mundo” de doña Vicentita Camacho. Las tiendas de abarrotes “El Globo” de don Merced Juárez (donde ahora está el “Carta Blanca”, “La Marina” de don Melesio Cabral allá por la calle Moctezuma , “El Sol” de don Inocencio Salas por la calle del Alamo. Y la de don Enrique Raigoza (junto a la Zapatería La Sorpresa”. “La Bola” que era de don Mariano de Haro y don Jacinto Carlos. Por la calle Mina o de las Higueras había también un gran comercio llamado “La Esmeralda”.
En la calle del Espejo estaba “El Chinchunchán” de Darío García, “La Fantasía” en la calle de la Fortuna, “La Giralda” en el callejón del Recuerdo (calle del Sol o Libertad), “La Bufa” de don Petronilo Colmenero que estaba en la Plaza Principal, la de Felipe Camargo por la calle del Placer, la Del Ciprés atendida por don Zeferino, “La Colonia” de Marcos Dena, en la calle del Hospital, la de José María Fernández por la calle de La Aurora y “La Norma” que se ubicaba en la esquina noroeste frente al costado del Santuario, propiedad de los hermanos Sixto y José Cabrera. Don Eugenio del Hoyo tenía su tienda en la calle del Relox o del Teatro, en la planta baja de la casa del Licenciado Ortiz Soto. (La Norma y la tienda de don Eugenio estaban en lo que ahora es propiedad de don Jesús Rodríguez y familia).
Pocas fueron las empresas y comercios que sobrevivieron a la gran hecatombre que representó para Jerez la revolución, pues después del 19 de abril de 1913, la ciudad quedó completamente en la miseria, y muchos años tuvieron que pasar para que se fuera recuperando…
LIBROS ENCANTADOS
El libro de “Leyendas y Relatos de Jerez”, en su enésima edición se está vendiendo ya en NEVERÍA EL PARAÍSO, REGALOS GERSY, Discos y Cassetes ARACELI, en los portales del mercado con DON MIGUEL ESTRADA, en VIDEO REC con Gael Escobedo, en PUBLICACIONES SOFIA junto al Puente o en la plazuela frente al PORKY. Ya sabe, si lo prestó, se lo robaron, se le mojó o el perro se lo mordió (el libro) aproveche orita que hay… Y ya pronto sale el otro, “CONOZCO JEREZ”.
1 comentario:
Quien es Jose Brilanti, que menciona en su escrito. ¿sabe de quien fue hijo y quienes eran sus hermanos?
Gracias
Benito Torres Escalante
btorrese@hotmail.com
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